miércoles, 15 de septiembre de 2010

fire

Puedes estar mirando el fuego durante horas, sin aburrirte. Las llamas cambian continuamente de forma, nunca repiten posición. Te van distrayendo, se consumen muy poco a poco, hasta convertirse en recuerdo.
Si lo observas de cerca, te hipnotiza. El calor que desprende, te relaja, hasta idiotizarte por completo.
Te conviertes en un ser que solo observa. Cuando empiezas a percibir que se esta apagando, añades leña o le das un poco de aire para que vuelva a coger impulso, altura y vuelva a ser joven.

La vida se parece al fuego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario